En 1879 a la editorial El Primer Periódico anarquista en Territorio Argentino, El Descamisado . Durante la Década Siguiente Otros algunos aparecieron Proyectos de corta duracion, Como la revista La Questione Social , auspiciada Por Errico Malatesta hay idioma italiano. Son de un 1890 que heno florecimiento del Periodismo Acrata, destacándoseEl Perseguido , El Oprimido , La Voz de la Mujer y en 1897 La Protesta , el Cual se convertirá en un anarquista Periódico de fama internacional. Las tres decadas following were una Periodo de la cubeta prensa anarquista. Eran las Publicaciones editadas en castellano, Pero Una buena proporción era impresa en italiano, hay Menor Medida en Ruso, Alemán, ingles e idish . Otros Periódicos de trascendencia were La Organización Obrera (órgano ofical la FOROS ), La Antorcha de La Batalla . El periódico La Protesta Aun publicándose que continuó en 1904 a editaba diariamente en las ediciones posteriores, incluyendo un Llegó Tener Una tirada 100.000 ejemplares Diarios. La tenia Represión Gubernamental de COMO blanco y las Imprentas editorial Anarquistas que regularmente Eran allanadas clausuradas allí. Mediados del Siglo XX Desde El presente Han existido Hasta ALGUNAS editorial Anarquistas párrafo destacar, Como Reconstruir , Americalee , Tupac , Proyección a la editorial Anarres Libros , Con Su Colección "Libertaria utopía".Also continúan editándose ALGUNAS Publicaciones Mensuales o bimestrales.
Y vinieron los fusilamientos, las persecuciones, la cárcel, el exilio, la dura resistencia de los trabajadores peronistas y la mayoría popular proscripta por el esquelético e ilegítimo régimen presuntuosamente democrático. Y llegaron tiempos de nuevos combates en un país distorsionado por haberse centralizado en un superpuerto que le hace de Capital, y que mira a través de éste a los grandes monopolios y a la banca internacional antes que a sus propias entrañas. No fue casual que bien entrado los años sesenta agrupamientos estudiantiles de las provincias nutridos en la historia nacional crecieran y forjaran la unión con los trabajadores profundizando la resistencia y dando el salto cualitativo hacia la movilización de masas y la protesta abierta. Hacia fines de los años sesenta un reguero de pólvora corría por ocho ciudades provinciales: Corrientes, Resistencia, Santa Fe, Rosario, Córdoba, Tucumán, Salta y La Plata, con brotes de menor intensidad en Mendoza, San Juan, Bahía Blanca y Capital Federal.
Héctor Botán, Miguel Ramondetti y Rodolfo Ricciardelli, sacerdotes vinculados a la parroquia de la Encarnación del Señor, en la zona norteña de Chacarita, decidieron en octubre de 1967 hacer conocer a medio centenar de colegas de todo el país el Manifiesto de los 18 Obispos del Tercer Mundo, en una traducción hecha a partir de una versión francesa recibida de manos del obispo Alberto Devoto. Durante las semanas que siguieron, los redactores de la carta fueron sorprendidos por la celeridad, la intensidad y cantidad de respuestas. Comenzaba a forjarse en nuestro país el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo.
La siempre desordenada secuencia histórica va condensando un nuevo entramado militante popular con varios escalones generacionales que se complementan para confluir en la tarea de construir un auténtico proyecto de Liberación Nacional y Social. La dictadura de la llamada “Revolución Argentina” hace agua por todos lados. El General Perón desde su exilio en Madrid diagrama un dispositivo político para su retorno, inaugurando con definiciones actualizadas política y doctrinariamente un nuevo marco de contacto con la militancia de la resistencia y con su nuevo emergente; las “formaciones especiales”.
Es en este nuevo y convulsionado marco social y político que El Descamisado vuelve a las calles de nuestro país, con una tirada promedio de 100.000 ejemplares por semana, alcanzado un pico de 250.000 ejemplares vendidos en ocasión de la asunción de Héctor J. Cámpora a la Presidencia de la Nación el 25 de Mayo de 1973.
De tal forma y como medio de la prensa escrita dentro de los contornos políticos e ideológicos de la organización Montoneros El Descamisado inunda nuevamente las calles de las ciudades y los pueblos de nuestro país, constituyéndose en consulta obligatoria y referencia política de miles de militantes populares.
"Por eso no hay que disfrazar la realidad. El asunto está adentro del movimiento. La unidad sí, pero con bases verdaderas, no recurriendo al subterfugio de las purgas o a las cruzadas contra los troskos. No hay forma de infiltrarse en el movimiento."
A modo de conclusión Dardo Cabo –fusilado un 7 de Enero de 1977 cuando acababa de cumplir 36 años en un traslado desde la Unidad Penitenciaria Nº 9 de La Plata- propone con grandeza e integridad militante la posibilidad de un acuerdo, pero siempre bajo la premisa irrenunciable de un concreto contenido ético: "Revisar qué provocó esta violencia y qué es lo que hay que cambiar para que se borre entre nosotros. Para que no se prometa la muerte a los traidores y para que la impunidad no apañe a los matones, ni el fraude infame erija dirigentes sin base".
En definitiva todo aquello que se manifestara desde la estética de El Descamisadosiempre fue el fiel reflejo de un comportamiento acorde en el plano de la ética. Y esa conducta siempre se ubicó de un lado de la trinchera. Del lado de los que trabajan, de los que producen, de los explotados; del lado de los marginados y excluidos; de lado de la Liberación Nacional y Social, de lado de la Dignidad. Y es desde ese lado de la trinchera que nos disponemos a transitar nuestro derrotero.
En conclusión esto es “quienes somos”. Ni más ni menos que un intento más por hacer honor desde la ética a la estética de una identidad popular.
Una trinchera contra el desmontaje de la “ética militante”. Una visión de la realidad que se propone mostrar al desnudo ese vacío profundo e inocultable de la cultura política argentina; que a diario se rellena vulgarmente mediante la impostura de una retórica impotente e impostora, bajo el piadoso manto de la “ética de la responsabilidad”.
A partir del Nº 22, de agosto de 1896, pasó a formato
de 8 páginas y comenzó a imprimirse como un suplemento de El Oprimido. El 30 de
octubre de ese año se suspendió su publicación.
La militancia de Virginia Bolten y su periódico La voz
de la mujer son el tema central de la película Ni Dios, ni patrón, ni marido
estrenada en Argentina en 2010, dirigida por la española Laura Mañá y
protagonizada por la argentina Eugenia Tobal. El guion fue escrito por Esther
Goris y Graciela Maglie, quienes se basaron en el trabajo de Nora Usenky y
Mariana Fontana (profesoras de Historia e investigadoras rosarinas).
El Descamisado fue el primer periódico anarquista de la Argentina del cual se tenga constancia de su existencia. Fue fundado en 1879, en Buenos Aires.
¿Quiénes somos?
(¡Vaya pregunta!)
(¡Vaya pregunta!)
En principio usted está ante el portal digital de una revista. Profundizando un poco y en tren de sinceridad digamos que nuestra voluntad es constituirnos en una revista digital, o mejor dicho; en la versión digital de la revista El Descamisado. Como se sabe bien tal denominación identitaria no es de invención reciente; y por cierto la originalidad marcaria no es el rasgo distintivo de este nuevo emprendimiento.
En rigor de verdad la primera oportunidad que en nuestro país una publicación fue identificada como El Descamisado fue hace ya muchos años, en el siglo XIX, más precisamente en un mes de enero del año 1879. Su editor responsable era Pedro J. Sanarau y desde el único ejemplar que se conserva en la Biblioteca Nacional –su número 2- publicado el 13 de Enero de 1879 se reivindica como “periódico de lucha, que habría de retemplar el espíritu de las gentes de los talleres y oponer fuerte valla á las pretensiones injustas de la aristocracia, de la burocracia y del capital…venimos a proclamar una revolución santa y necesaria, que sin derramar una gota de sangre, echará por tierra prácticas abusivas que han puesto en peligro la dignidad del desheredado, y que han restringido escandalosamente los derechos de la más humilde clase social”. También denuncia la persecución sufrida el 6 de enero de 1879: “Nuestro primer número impreso en tinta color sangre, con lo que quisimos significar que el pueblo ha conquistado con la suya el derecho á la igualdad que se niega, fue recogido por la policía”. Eran los tiempos de la presidencia del tucumano Nicolás Avellaneda, quien en 1877 diría: “Los tenedores de bonos argentinos deben, a la verdad, reposar tranquilos. La República puede estar dividida hondamente en partidos internos; pero no tiene sino un honor y un crédito, como sólo tiene un nombre y una bandera ante los pueblos extraños. Hay dos millones de argentinos que economizarían hasta sobre su hambre y sobre su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros.”
En ese mismo año, se produjo la primera huelga de nuestra historia protagonizada por el primer gremio organizado: la Sociedad Tipográfica Bonaerense, fundada en 1857. La huelga fue dirigida por dos inmigrantes, un francés, Gauthier, y un español, Álvarez, que traían su experiencia sindical europea. La huelga fue exitosa y logró el establecimiento de la jornada de diez horas en invierno y doce en verano, una importante conquista para la época (y seguramente para ésta también lo sería). El periódico El Nacional, dirigido por Dalmacio Vélez Sarsfield, calificó a la huelga como "recurso vicioso, inusitado e injustificado".
Mientras Avellaneda impulsaba con nuevos bríos la apropiación por parte del estado nacional de millones de hectáreas en virtud de la llamada “conquista del desierto” para distribuirlas entre una minoría de familias de la clase dominante (tan sólo durante el período 1876 – 1893 se enajenaron 42 millones de hectáreas de tierras públicas, llegando a subastarse 400 leguas en una sola operación en Londres a $ 0,48 la hectárea); El Descamisado definía algunos reclamos de la mayoría popular explotada:“No se objete que la sociedad no puede dar trabajo á todo el mundo, porque eso sería negar el objeto de la sociedad: sería decir que no puede garantizar la vida de los asociados, y sería dejar á cada cual la elección en cuanto á la manera de obtener los medios de conservación…Si le priváis del derecho de trabajar, le priváis del derecho de alimentarse y le priváis del derecho de vivir. Le querríais obligar al suicidio?”
Pasaron décadas para que esta identidad popular vuelva a emerger como prensa militante al calor de la lucha política. Así es como el 30 de noviembre de 1955 aparece la única edición de época con el nombre El Descamisado bajo la influencia de su director Aníbal Leal.
En dicho número y bajo el título “Nosotros”, mientras todavía resonaban los ecos de las bombas lanzadas sobre la Plaza de Mayo en junio del mismo año, sus páginas indicaban otros caminos por recorrer, otros destinos por construir. Allí se decía: “El peronismo ha sido el ensayo general en que la clase obrera argentina probó su fuerza y demostró su antagonismo irreductible frente al resto de la sociedad argentina, desde los ‘industriales progresistas’ hasta los oligarcas sin remedio. Ensayo contradictorio, porque el contubernio entre explotadores y explotados dentro de una misma corriente sólo podía dar por resultado, como lo dio, la quiebra general del movimiento. Abrimos una nueva etapa, en que la clase obrera organizará su propio partido, con su propio programa, programa cuya piedra fundamental será la afirmación: ‘Entramos en la época de la preparación y la lucha de la clase obrera con el fin de reorganizar la Nación según los intereses de quienes trabajan y producen’”.
Y vinieron los fusilamientos, las persecuciones, la cárcel, el exilio, la dura resistencia de los trabajadores peronistas y la mayoría popular proscripta por el esquelético e ilegítimo régimen presuntuosamente democrático. Y llegaron tiempos de nuevos combates en un país distorsionado por haberse centralizado en un superpuerto que le hace de Capital, y que mira a través de éste a los grandes monopolios y a la banca internacional antes que a sus propias entrañas. No fue casual que bien entrado los años sesenta agrupamientos estudiantiles de las provincias nutridos en la historia nacional crecieran y forjaran la unión con los trabajadores profundizando la resistencia y dando el salto cualitativo hacia la movilización de masas y la protesta abierta. Hacia fines de los años sesenta un reguero de pólvora corría por ocho ciudades provinciales: Corrientes, Resistencia, Santa Fe, Rosario, Córdoba, Tucumán, Salta y La Plata, con brotes de menor intensidad en Mendoza, San Juan, Bahía Blanca y Capital Federal.
Contemporáneamente el surgimiento de la CGT de los Argentinos provoca un movimiento de ruptura por un lado y de cohesión por el otro. Rompe política e ideológicamente con la burocracia colaboracionista y cohesiona la militancia popular por la Liberación Nacional y Social, mientras retoma las banderas plasmadas en la Constitución de 1949; de los Programas de La Falda (1957) y Huerta Grande (1962), contenidos en el su Programa del 1º de Mayo de 1968.
Héctor Botán, Miguel Ramondetti y Rodolfo Ricciardelli, sacerdotes vinculados a la parroquia de la Encarnación del Señor, en la zona norteña de Chacarita, decidieron en octubre de 1967 hacer conocer a medio centenar de colegas de todo el país el Manifiesto de los 18 Obispos del Tercer Mundo, en una traducción hecha a partir de una versión francesa recibida de manos del obispo Alberto Devoto. Durante las semanas que siguieron, los redactores de la carta fueron sorprendidos por la celeridad, la intensidad y cantidad de respuestas. Comenzaba a forjarse en nuestro país el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo.
La siempre desordenada secuencia histórica va condensando un nuevo entramado militante popular con varios escalones generacionales que se complementan para confluir en la tarea de construir un auténtico proyecto de Liberación Nacional y Social. La dictadura de la llamada “Revolución Argentina” hace agua por todos lados. El General Perón desde su exilio en Madrid diagrama un dispositivo político para su retorno, inaugurando con definiciones actualizadas política y doctrinariamente un nuevo marco de contacto con la militancia de la resistencia y con su nuevo emergente; las “formaciones especiales”.
Todo es muy vertiginoso; el “aramburazo”, la jornada del primer retorno de Perón el 17 de Noviembre de 1972, el triunfo de la fórmula del FREJULI el 11 de Marzo de 1973 y la asunción de Cámpora como Presidente de la Nación conjuntamente con los gobernadores Obregón Cano en Córdoba, Jorge Cepernic en Santa Cruz, Martinez Vaca en Mendoza, Miguel Ragone en Salta y Oscar Bidegain en Buenos Aires, la masacre de Ezeiza el 20 de Junio del mismo año, que en sí mismo fuera una puesta en escena que prefigurara el genocidio.
Es en este nuevo y convulsionado marco social y político que El Descamisado vuelve a las calles de nuestro país, con una tirada promedio de 100.000 ejemplares por semana, alcanzado un pico de 250.000 ejemplares vendidos en ocasión de la asunción de Héctor J. Cámpora a la Presidencia de la Nación el 25 de Mayo de 1973.
De tal forma y como medio de la prensa escrita dentro de los contornos políticos e ideológicos de la organización Montoneros El Descamisado inunda nuevamente las calles de las ciudades y los pueblos de nuestro país, constituyéndose en consulta obligatoria y referencia política de miles de militantes populares.
El 2 de octubre de 1973 apareció el Nº 20 de El Descamisado. Nota editorial a cargo de Dardo Cabo. Campo gráfico color amarillo. Letras negras. Volanta: Encrucijada peronista. Título catástrofe: La muerte de Rucci. Allí Dardo Cabo se planteaba un interrogante cargado de honesta preocupación militante: "La cosa, ahora, es cómo parar la mano…Pero buscar las causas profundas de esta violencia es la condición. Caminos falsos nos llevarán a soluciones falsas. Alonso, Vandor, ahora Rucci. Coria condenado junto con otra lista larga de sindicalistas y políticos."
"Por eso no hay que disfrazar la realidad. El asunto está adentro del movimiento. La unidad sí, pero con bases verdaderas, no recurriendo al subterfugio de las purgas o a las cruzadas contra los troskos. No hay forma de infiltrarse en el movimiento."
A modo de conclusión Dardo Cabo –fusilado un 7 de Enero de 1977 cuando acababa de cumplir 36 años en un traslado desde la Unidad Penitenciaria Nº 9 de La Plata- propone con grandeza e integridad militante la posibilidad de un acuerdo, pero siempre bajo la premisa irrenunciable de un concreto contenido ético: "Revisar qué provocó esta violencia y qué es lo que hay que cambiar para que se borre entre nosotros. Para que no se prometa la muerte a los traidores y para que la impunidad no apañe a los matones, ni el fraude infame erija dirigentes sin base".
En definitiva todo aquello que se manifestara desde la estética de El Descamisadosiempre fue el fiel reflejo de un comportamiento acorde en el plano de la ética. Y esa conducta siempre se ubicó de un lado de la trinchera. Del lado de los que trabajan, de los que producen, de los explotados; del lado de los marginados y excluidos; de lado de la Liberación Nacional y Social, de lado de la Dignidad. Y es desde ese lado de la trinchera que nos disponemos a transitar nuestro derrotero.
En conclusión esto es “quienes somos”. Ni más ni menos que un intento más por hacer honor desde la ética a la estética de una identidad popular.
Una trinchera contra el desmontaje de la “ética militante”. Una visión de la realidad que se propone mostrar al desnudo ese vacío profundo e inocultable de la cultura política argentina; que a diario se rellena vulgarmente mediante la impostura de una retórica impotente e impostora, bajo el piadoso manto de la “ética de la responsabilidad”.
“Ética de la responsabilidad”, que se traduce desde uno de sus significados; en la presunta validez de un conjunto de premisas y creencias, basadas sustancialmente en la infalibilidad de cierto conocimiento tecnocrático inmutable a toda discusión; que determina apriorísticamente una percepción de lo posible y lo imposible (relegando a planos secundarios o inexistentes lo justo o injusto, lo correcto o lo incorrecto; lo conveniente o inconveniente). Desde este temperamento; “lo político” pierde centralidad y se acopla a “la realidad” interviniendo subsidiariamente en la dinámica de su desarrollo.
Esta publicación digital parte de premisas claras y concretas: en los marcos del actual sistema político; la actividad significada como política está saturada de degradación; y no expresa otra práctica que la simple administración de un sistema de poder; de un sistema de reparto de riqueza y oportunidades; para la mera gestión de lo existente.
En el sistema político cada vez hay menos política.
Con lo cual la política ha sido confiscada de su sustancia inmanente por la hegemonía del poder dominante. La política, como aquella actividad consustancial a nuestra especie para transformar la realidad, ha mudado de lugar; habita otras dimensiones; se define desde otras coordenadas. Es desde esos “otros lugares” que decimos y hacemos.
Con lo cual la política ha sido confiscada de su sustancia inmanente por la hegemonía del poder dominante. La política, como aquella actividad consustancial a nuestra especie para transformar la realidad, ha mudado de lugar; habita otras dimensiones; se define desde otras coordenadas. Es desde esos “otros lugares” que decimos y hacemos.
Nos proponemos con humildad y convicción seguir contribuyendo por un proyecto de Liberación Nacional y Social desde una visión que nos permita mirar debajo de la superficie en los distintos subsuelos de la Patria; donde seguramente se articulan nuevas prácticas emancipadoras y los embriones de futuras sublevaciones en las cuales El Descamisado tendrá su lugar en la trinchera de siempre y del lado que corresponde, con la Nación, con el Pueblo y por la Liberación.
Consejo de Redacción, Marzo de 200
El primer número de El Descamisado salió a la calle el 6 de enero de 1879, en Buenos Aires, y llevaba como subtítulo la frase "Periódico rojo". Su director era Pedro Sanarau.1Utilizaba tinta de color rojo en sus tipos, y en el Número 2 del 13 de enero de 1879 explican la razón: "tinta color sangre, con lo que quisimos significar que el pueblo ha conquistado con la suya el derecho a la igualdad que se le niega."2 Según la descripción del historiador Max Nettlau era de una ideología muy simple y elemental. En el periódico se declaraba que:
para saber masCuando el pueblo, agotados los medios pacíficos de defensa, ha recurrido a la lucha armada, ha conquistado la victoria y ha demostrado a sus opresores que es imposible contenerle y dominarle (...) ¡Atrás lo eternos enemigos de la luz! ¡Rómpanse las tinieblas de la ignorancia y con plena conciencia del derecho conquistaremos el uso de todo lo que la naturaleza nos concede y de lo cual la sociedad no puede privarnos!
La Questione Sociale (Argentina)
La Questione Sociale fue un periódico
anarcocomunista en lengua italiana de Buenos Aires, editado entre 1885 y 1886
por Errico Malatesta a su llegada a la Argentina, homónimo del periódico que
había fundado en Florencia, Italia. Entre 1894 y 1896 fue reeditado por Fortunato
Serantoni.
El primer número apareció el 22 de agosto de 1885 y
se publicarán 14 números hasta el año 1886. En el periódico se expresaban la
ideas del comunistas libertarias del Círculo de Estudios Sociales de Buenos
Aires, que había fundado Malatesta. La intención de fundar un periódico se
debió a que se consideraba en dicho Círculo que era el medio más idóneo para
elevar el desarrollo intelectual de los obreros. Además, desde el periódico se
podría mantener una polémica con el grupo de italianos republicanos de Buenos
Aires, que editaban L'Amico del Popolo. En una asamblea del Círculo el 23 de
noviembre de 1885, se decide finalizar la publicación del periódico y pasar a
la publicación de folletos y libros, debido a que los republicanos de L'Amico del
Popolo se rehusaron a debatir desde sus páginas.
[editar]Segunda época
El 15 de julio de 1894 es reeditada la publicación
por Fortunato Serantoni. Tiene una presentación estéticamente cuidada, es de
periodicidad mensual y abarca unas 30 páginas. Se editaban algunos artículos en
italiano, como en los años de Malatesta, pero con una preponderancia del idioma
castellano cada vez más acusada. La revista se define como"socialista
anárquica". Desde sus páginas se polemizaba con los editores de El Perseguido,
defensores del antiorganizacionismo y el anarquismo individualista. En cambio,
sus ideas eran coincidentes con las de El Oprimido de Juan Creaghe y La
Protesta Humana. Las ideas de Serantoni continuaban el organizacionismo de
Malatesta, y criticaban a los individualistas.
La publicación estaba considerada de alto nivel
intelectual, editando textos de Eliseo Reclus, Piotr Kropotkin, Juan Montseny,
José Prat, Ricardo Mella, Anselmo Lorenzo, Soledad Gustavo, etc. Es de estilo
moderado y crítico a la propaganda por el hecho. Todos los años editaba un
Almanaque con artículos de teóricos y poemas anarquistas, que se distribuía por
todo el mundo.
El Perseguido
El Perseguido fue un periódico anarquista de Buenos Aires (Argentina), que se publicó entre los años 1890 y 1896.
El periódico El Perseguido debe su nombre a que al "Manifiesto" inicial que explicaba los principios del anarcocomunismo, redactado por Rafael Roca, le siguió una intensa represión policial y la confiscación de los ejemplares. Su tirada sobrepasó los 100 números y su primer ejemplar vio la luz el 18 de mayo de 1890. El grupo inical estaba integrado por Rafael Roca, Baldomero Salbans, Manuel Reguera, José Reguera, Orsini Bertani, Pierre Quiroule, Fortunato Serantoni, Gregorio Inglán Lafarga, Jean Raoux y Francisco Denambride. En su portada se avisaba a sus lectores "Aparece cuando puede". Este periódico era redactado, impreso y distribuido por los integrantes del grupo editor, en condiciones de clandestinidad y persecución policial. Se repartía en las calles y barrios obreros, por el correo y muchas veces era insertado en los paquetes del popular diario La Prensa de Buenos Aires. El periódico desapareció hacia fines de 1896.
Las ideas del periódico eran anarcocomunistas, pero eran enemigos de toda organización que trascendiese los grupos de afinidad., oponiéndose a la conformación de sindicatos anarquistas; eran anti-organizacionistas. Polemizaban vigorosamente con otras publicaciones anarcocomunistas que abogaban por la creación de organizaciones obreras libertarias y sociedades de resistencia (llamados organizacionistas), como eran La Questione Sociale de Fortunato Serantoni y El Oprimido de Juan Creaghe. La diferencia entre ambas tendencias era estratégica y no era ideológica, ya que ambas anhelaban la meta de una sociedad comunista libertaria. El Perseguido defendía y reivindicaba los atentados anarquistas, propiciando la propaganda por el hecho. Paulino Pallás fue reivindicado como mártir por el periódico.
Al contrario de Malatesta y el resto de los anarquistas contemporizadores, los individualistas o antiorganizadores repudiaban de plano no sólo a los socialistas sino también a los anarquistas que propiciaban la participación en las sociedades de resistencia, la constitución de federaciones libertarias y un accionar más moderado y menos violento. Así, en las páginas de "El Perseguido", principal órgano de expresión individualista argentino, se referían a Malatesta como "el conocido organimaníaco", censurando su plan tendiente a la creación de una Federación Internacional Socialista Anarquista. Los redactores de "El Perseguido" sostenían que la federación contenía elementos contrarios al anarquismo, por ejemplo, reglamentos y comisiones.Ricardo Acurso; Un Anarquista Italiano en La Argentina del Siglo XIX: Errico Malatesta3
A juicio del historiador Ángel Cappelletti, El Perseguido fue la publicación anarquista más representativa en la Argentina durante la década de 1890.
Grupos autónomos de afinidad, como Los Atorrantes, Los Desheredados, La Expropiación, Los Hambrientos de Barracas, La Libre Iniciativa, El Errante y El Descamisado, entre otros, proliferaron desde fines del siglo XIX en la Argentina. Algunos de ellos editaron periódicos con tiradas de miles de ejemplares, donde reivindicaban la antiorganización, el hecho agitador, la unión espontánea: "Los individuos deben unirse toda vez que quieran llevar a cabo un acto…; una vez realizado lo que se proponían realizar, el grupo queda disuelto". El Perseguido fue el más importante de esos diarios. El siguiente en importancia fue Germinal.Osvaldo Baigorria
El Oprimido
El Oprimido fue un importante periódico anarquista que apareció durante la última década del siglo XIX en Luján y en Buenos Aires, fundado por el doctor Juan Creaghe.
Inicialmente fue editado a partir del 9 de septiembre de 1894 en la ciudad de Luján (aunque se distribuía en Buenos Aires), pero desde fines de ese año hasta el 22 de julio de 1895, Creaghe suspendió su publicación debido a las dificultades financieras que le ocasionaba editarlo en solitario. Para el Nº 13 llevaba un déficit acumulado de 213 pesos, por lo que Creaghe se retiró y dedicó sus esfuerzos a editar otro periódico nuevo, La Protesta Humana, que llegará a ser el más influyente en la historia de anarquismo argentino. Desde 1895 El Oprimido fue editado en Buenos Aires por Fortunato Serantoni. Entre agosto y octubre de 1896 incluyó como suplemento de 8 páginas a La Questione Sociale.Durante enero de 1897 publicaba un suplemento llamado “La Inquisición en España”, un folleto de 4 páginas que tuvo 5 reediciones debido a su éxito entre los lectores.
Contenido y polémicas
Desde las páginas de El Oprimido
se polemizaba agriamente con el sector de anacocomunistas de El Perseguido,
defensores del antiorganizacionismo individualista. La línea ideológica de El
Oprimido era coincidente con la de Errico Malatesta, apoyando la organización
obrera y anarquista en sindicatos y sociedades de resistencia. Juan Creaghe
escribió en el Nº 4 el 28 de octubre de 1894 el artículo “Sobre la moral”,
donde polemizaba con los individualistas que rechazaban toda forma de moral y
racionalidad. Durante agosto y septiembre de 1895 la prensa anarquista se
involucró en el debate y se criticaron los conceptos de Creaghe desde las
páginas de El Perseguido y La Libre Iniciativa, defensores de la propaganda por
el hecho.
En 1897 también polemizó con el
socialista José Ingenieros, acerca de las diferencias entre socialistas y
anarquistas, sobre la cuestión del parlamentarismo defendido por los
socialistas. Desde El Oprimido se referían a los socialistas como “traficantes
de la miseria humana” (Nº4, 28 de octubre de 1894).
El periódico incluía una fuerte
propaganda antimilitarista, como lo demuestra la publicación de la carta de un
objetor de conciencia holandés, traducida de Les Temps Nouveaux (Nº 24, 26 de
diciembre de 1896). Sobre la temática antimilitarista también publicaron
artículos de Jean Grave y Ferdinand Domela Nieuwenhuis (Nº 21, 10 de octubre de
1896
Contenido y polémicas
La Voz de la Mujer
La Voz de la Mujer fue el primer periódico anarcofeminista
de la Argentina, editado por la anarquista Virginia Bolten (1870-1960) entre
1896 y 1897.
Además de proponer un feminismo anarquista alejado del feminismo
reformista de la época, el periódico fundado por Virginia Bolten defendía los
ideales del anarcocomunismo. El lema del periódico era “Ni dios, ni patrón, ni
marido”. El periódico fue editado primero en Buenos Aires, luego en Rosario y
por último en Montevideo, aunque en estas dos últimas ciudades las evidencias
son fragmentarias.1 Además de Bolten, aparecen como colaboradoras de la
publicación Teresa Marchisio, Pepita Gherra, María Calvia y Josefa Martínez.
Estas redactoras eran en su mayoría mujeres trabajadoras inmigrantes, con
cierto grado de instrucción
El periódico convocaba a las mujeres a rebelarse contra la
opresión masculina, pero sin abandonar la lucha proletaria. Era crítico a toda
forma de autoridad: eclesiástica, patronal, estatal y familiar. La propuesta
final era la instauración del comunismo anárquico. En las páginas de su primer
número se podía leer:
¡Salud Compañeras! La Anarquía
Ya trémola el pendón libertador;
¡Hurra, hermanos queridos, a la lucha!
¡Fuerte el brazo, sereno el corazón!
Que no haya entre nosotras rezagadas
Nuestra lucha es a muerte y sin cuartel;
¡Hurra! Hermanas queridas, otro esfuerzo,
Y ¿quién duda que habremos de vencer?
El periódico produjo ciertas tensiones al interior del movimiento
anarquista, debido a que muchos anarquistas consideraron algunas de sus
manifestaciones como ataques al género masculino, algo que llevó a que las
editoras tuvieran que aclarar su posición:
Cuando nosotras (despreciables e ignorantes mujeres) tomamos
la iniciativa de publicar “La Voz de la Mujer”, ya lo sospechábamos ¡oh,
modernos cangrejos! Que vosotros recibiríais con vuestra macanística y
acostumbrada filosofía nuestra iniciativa porque habéis de saber que nosotras
las torpes mujeres también tenemos iniciativa y ésta es producto del
pensamiento; ¿sabéis?, también pensamos. Apareció el primer número de “La Voz
de la Mujer”, y claro ¡allí fue Troya!, “nosotras no somos dignas de tanto,
¡ca! No señor”, “¡emanciparse la mujer?”, “¿para qué?” “¡qué emancipación
femenina ni que ocho rábanos!” “¡la nuestra”, “venga la nuestra primero”, y
luego, cuando nosotros ‘los hombres’ estemos emancipados y seamos libres, allá
veremos” Con tales humanitarias y libertadoras ideas fue recibida nuestra
iniciativa. Por allá nos las guarden pensamos nosotras. “¿No es verdad que es
muy bonito tener una mujer a la que hablaréis de libertad, de anarquía, de
igualdad, de revolución social, de sangre, de muerte, para que ésta creyéndoos
unos héroes, os diga en tanto que temiendo por vuestra vida (...): ‘¡Por Dios,
Perico!’? ¡Ah! ¡Aquí es la vuestra! Echáis sobre vuestra hembra una mirada de
conmiseración (...) le decís con teatral desenfado: Quita, allá, mujer, que es
necesario que yo vaya a la reunión de tal o cual (...) vamos, no llores, que a
mí no hay quien se atreva a decirme ni a hacerme nada”. Si vosotros queréis ser
libres, con mucha más razón nostras; doblemente esclavas de la sociedad y del
hombre, ya se acabó aquello de “Anarquía y Libertad” y las mujeres a fregar.
¡Salud!
"Apareció Aquello", artículo publicado en La Voz
de la Mujer
La institución del matrimonio era uno de los principales blancos de
ataque de las editoras, que consideraban a la mujer como el eslabón más
oprimido de la cadena de explotación. Defendían la idea del amor libre, que
ellas describían como aquel que permite «que la unión termine cuando termine el
amor» y que no se desprecie a una mujer que no quiera estar sujeta a ningún
hombre o porque tenga un amante y críe dos, cuatro o los hijos que quiera.3 4
[editar]Características
El formato del periódico era de cuatro páginas y su tirada era de 1000
a 2000 ejemplares, además de su distribución semiclandestina, debido a su
defensa de la acción directa. En la portada se avisaba a los lectores: “Aparece
cuando puede y por suscripción voluntaria”. El periódico se sostenía
económicamente mediante listas de suscriptores y donaciones individuales. En la
última página de cada número se declaraban los gastos de la edición. La
redactoras estaban en contacto con las famosas anarquistas Louise Michel y Emma
Goldman, según se asegura en el número 5 del periódico. Su primer número salió
el 8 de enero de 1896. Las dificultades económicas conspiraron contra la
viabilidad del proyecto, y las deudas llevaron al periódico a su desaparición.
El último número se editó el 1 de enero de 1897.5
El historiador anarquista Max Nettlau rescató la mayor parte de sus
números y se encuentran en el Instituto Internacional de Historia Social de
Ámsterdam.
[editar]En el cine
La protesta..Periódico anarquista
Periodico La Protesta N* 8048 De Octubre De 1958. Anarquismo |
Manifestación obrera anarquista, donde se divisa un ejemplar de La Protesta |
Crónica La Protesta sobre "semana trágica" | Archivo
Fundado en 1897 por dos proletarios, Gregorio Inglán Lafarga y Antonio Pellicer Paraire, el periódico anarquista La Protesta siempre fue mucho más que una publicación. Fue un ámbito de iniciativas, de organización para la lucha, un frente de confluencia de escritores, periodistas y una incandescente llama productora de ideas a la que nadie pudo ni puede detener.
Nació como La Protesta Humana; el médico irlandés Juan Creaghe, antiguo editor de El Perseguido, compró nuevas máquinas que permitieron ampliar la tirada y le cambió el nombre para tornarlo más fácil al pregón de los canillitas. Más de una vez efectuaba la distribución personalmente en su mateo para evitar las requisas de “orden social”.
En la huelga de inquilinos de 1907, La Protesta fue el vocero de los desheredados, maltratados por las clases dominantes y sus lacayos de sotana y uniforme.
Sus talleres padecieron múltiples atentados en las cruentas jornadas de huelga. A pesar de esto siempre salía puntualmente publicado por la valiente e ingeniosa labor de sus editores.
En la huelga de 1909, recordada por la masacre de los obreros llevada adelante por la soldadesca de Figueroa Alcorta, su sala sirvió para el velatorio del marítimo Juan Ocampo, asesinado por las fuerzas policiales al mando del Cnel. Ramón Falcón.
Escribieron en las páginas de La Protesta: Eduardo Gilimón, Alberto Ghiraldo, Florencio Sánchez, Rodolfo González Pacheco, Virginia Bolten, entre otros.
La Protesta tuvo diversas etapas, quizás la más prolífica fue bajo la dirección de Emilio López Arango y Diego Abad de Santillán, con dos ediciones diarias, de mañana La Protesta y por la tarde el vespertino La Batalla. Un suplemento semanal y otro quincenal con notas sobre anarquismo y sus tendencias, literatura latinoamericana y universal, sociología, filosofía y psicología. Además, una editorial que publicaba libros y folletos de Bakunin, Proudhon, Malatesta,
Luiggi Fabbri, etc.
La Protesta polemizaba con el periódico Cúlmine de Di Giovanni, sobre cuestiones tácticas de laluch a social, m edios y fines, sobre el uso de la violencia en las luchas de masas, los atentados, etc.
Desde La Protesta se denunciaron las matanzas de la semana de Enero de 1919, las huelgas contra La Forestal, La Patagonia Trágica y los fusilamientos de 1500 obreros a manos de los esbirros de Varela y Anaya, enviados por Yrigoyen. Propulsaba la campaña pro liberación de Sacco y Vanzetti.
Con el advenimiento, en 1930, de la dictadura uriburista, en primer término, y luego la década infame y la andanada fascistoide del '43, las dificultades de edición crecieron, las persecuciones a los militantes ácratas, espaciaban las salidas del periódico.
El gobierno peronista, con su férrea censura, atacó a la prensa revolucionaria y La Protesta no fue la excepción. Luego, la heroica huelga de los obreros navales, hallará a La Protesta junto a los trabajadores enfrentando a capitalistas y dictadores.
La década del '60, fue un renacer de polémicas ideológicas y acciones. Por aquel tiempo escribían en sus columnas: Angel Cappelletti, Oscar y César Milstein, Eduardo Colombo, Herbert Marcuse.
Al finalizar al década del '70 un grupo de jóvenes extasiados con la lucha armada promueve un debate en el interior de la publicación anarquista, pero el Grupo Editor marca con claridad la línea anarquista en desacuerdo con la vía del foco guevarista y la confluencia con las tendencias autoritarias del socialismo.
La Protesta denuncia las maniobras de la dictadura de Lanusse y alerta sobre la masacre en ciernes de la mano de la maquinaria estatal, los burócratas sindicales y las fuerzas armadas.
Un editorial de Junio de 1976, titulado Nosotros acusamos, elabora un certero y dramático análisis de coyuntura, denuncia la represión militar, los secuestros, torturas y desapariciones. La noche negra se abate sobre la región con secuela de horror y espanto.
En Junio de 1982, reaparece La Protesta, denunciando los asesinatos de Cambiasso y Pereyra Rossi, sigue hasta nuestros días la lucha y la prédica el insobornable paladín libertario, del vocero de los oprimidos que hace historia con sus páginas rojinegras, sin concesiones ni medias tintas, con debates e ideas polémicas y reflexión en pro de una sociedad anarquista, sin explotación ni injusticias: socialista y libertaria.
Carlos A. Solero
Miembro de la Biblioteca y Archivo Histórico Social “Alberto Ghiraldo
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